"El Rocinante" viaja llevando teatro a los pueblos del estado de Michoacán.
Te invitamos a conocer nuestra experiencia y trabajo teatral con las comunidades.
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Cuentan por ái los romances

de un corcel metalizado
que en los pueblos anda en lances
¡y quesque se arma en tinglado!

Las gentes, con tal asombro
ante rocín tan gitano,
como a su primo troyano
se vuelcan hombro con hombro,
y se hallan dentro´el corcel
en tan magnífico teatro
que dicen que es “por encanto”
no quererse salir dél.

Rocinante, fiel amigo:
De albergar artes no te hartes.
Lleva el Teatro a todas partes,
a quienes no lo han tenido.
Y que las gentes te vean
con tus tramoyas y ruido
al aire como banderas
¡cumpliendo tu cometido! *

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miércoles, 26 de enero de 2011

¡El Rocinante es un transformer!


La familia que estuvo dándonos de comer era la de Don Moisés –regidor-  ahí estuvimos conviviendo con Gela- su hermana, Lichu- su esposa, Fátima –amiga de la familia, Beto – su hijo, y sus dos preciosos nietos Beto y Nitzia. 
El pequeño Beto
 Beto de 5 años asistió a la última función de El Yeitotol y también a Los Murmullos.  
Al terminar la función estuvo en el camerino con nosotros viendo de cerca toda la utilería, preguntando para qué servía cada cosa que encontraba para rematar tocando el xilófono de Don Eladio. 

 
De ahí pasó al Rocinante, donde se estaba llevando a cabo el cambio de escenografía para la función de Los Murmullos, encantado, se ofreció a ayudar. Y en esas revisiones estaba cuando descubrió las llantas del Rocinante, Kimberly le explicó que era un trailer que se convertía en teatro, a lo que él con toda naturalidad respondió: ¡Ah, es un transformer!

Aquí está la entrevista que le hicieron saliendo del teatro:

Su tía nos contó que volvió fascinado, diciendo que el se iba con nosotros. Poco después en su casa estuvimos platicando con él, preguntándole qué le gustó de El Yeitotol. Beto nos declaró ser fan de la pandera mala, y haber disfrutado mucho el teatro; y así la plática avanzaba cuando él empezó a hablar de Los Murmullos, de ese lugar lleno de piedras donde había muertos, donde una señora muerta hablaba. Recordaba muy bien muchos detalles, muchas imágenes y palabras sueltas ¿Por qué golpeaban las piedras? ¿Por qué en ese lugar había tantos muertos?... ¡Quién iba a pensar que el entrevistador terminaría siendo el entrevistado!

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