Juanete y Picadillo |
Teatro Rucio sigue sembrando nuevos espectadores y cosechando risas a su paso. Los municipios de Buenavista no fueron la excepción. Visitamos: Catalinas, Vicente Guerrero, Limón de la luna, Santa Ana, Pinzandaro y la Plaza Principal de Buenavista.
Llegando a Limón de la luna, una comunidad muy pequeñita en la parte alta del municipio, los niños nos rodearon, estaban encantados con el camión que se volvía escenario, ¡Que bonito esta su camión! Nos dice uno de ellos suspirando.
Y ahí no se hizo esperar una actividad que se esta volviendo clásica de Rucio, al terminar de montar –regularmente Emmanuel, que es nuestro actor amante de los juegos de pelota- se une al grupo de niños y/o adolescentes que normalmente están ahí en la plaza para echarse un partidito de futbol llanero, aquí fue de básquet. Y poco a poco se le fueron uniendo Kim, Morris, Rafa y Chepo.
En Pinzandaro, la última comunidad que visitamos, varios niños se acercaron mientras armábamos el camión:
- ¿Cuánto va a costar? –nos preguntan
- Nada, es gratis.
-¡Uy se les van a arrimar todos los pobres!- dice uno de ellos.
Les explicamos que varias instancias hacen posible que estemos ahí y que el teatro es un derecho de la gente, que con los impuestos que pagan ellos y sus familias cada que compran algo es posible que haya proyectos como este.
-¿Pero como cuánto cuesta algo así? ¡Es mucho trabajo!
- Uy pues mucho, por eso vengan a vernos.
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