Juanete y Picadillo se presentó en 6 comunidades de Angamacutiro -La Palma, Agua Caliente, San Diego, Miravalle, La Estancia y Santiago Conguripo- y una de Penjamillo –Santa Fe del Río-. Llegamos a 1880 espectadores en total.
Las comunidades de Angamacutiro nos sorprendieron mucho ya que la gente se mostraba extremadamente precavida antes de la función, no se acercaban mucho, usualmente no querían ocupar las sillas que el municipio había mandado poner para ellos, permanecían en el perímetro o se sentaban hasta atrás.
Nuestras funciones empezaban 20 o 30 minutos después de lo previsto en espera de que un mayor número de gente se acercara.
No sabían qué era eso que se había instalado en sus calles y que se anunciaba con bombo y platillo entre música. Nos veían con desconcierto.
Había comunidades en las que era bastante impresionante el silencio que guardaba la gente durante la función, no parecía que fuera en la calle, uno de pronto tenía la impresión de estar en un teatro.
Poco a poco iban cediendo, se dejaban seducir y la risa les ganaba, al final siempre salían risueños y contentos, prometiendo volver al teatro si alguna vez llegaba a su comunidad de nuevo.
La Estancia y Santa Fe del Río fueron lugares particularmente entrañables. En Santa Fe hubo 400 espectadores, niños, señoras, viejitos, toda la gente participaba animosamente de la función, una de las funciones más divertidas que hemos dado, con la risa hilarante de la gente acompañándonos.
En la Estancia, la Sra. Raquel nos abrió su casa, prestándonos su baño y dejándonos conectar la luz de ahí. Una vez que nos instaló fue a ocupar su lugar en la primera fila una hora y media antes de que iniciara la función. Y al terminar, con la voz quebrada, pidió nuestro micrófono para brindarnos unas palabras de agradecimiento.
Aquí les dejo unas entrevistas de la gente de La Estancia, después de Juanete y Picadillo. (La primera entrevista corresponde a la Sra. Raquel).
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