Gigio impartiendo el taller de Baile de Salón |
Desde el inicio de la gira se tenía planeado que parte del proyecto Teatro Rocinante incluyera talleres para niños y adultos. Por motivos de logística de cada cabecera municipal no había sido posible iniciarlos. Sin embargo, en Puruándiro hubo un primer arranque con algunas clases de Baile de Salón; y ahora en Angamacutiro se inició formalmente con los dos talleres que trae consigo Teatro Rocinante: Baile de Salón, impartido por Raúl Medina “Gigio”, bailarín y jefe técnico del Teatro Rocinante y Taller de Iniciación Artística de Movimiento Creativo, impartido por Nancy Chagolla, bailarina, psicóloga y coordinadora de esta gira 2010-2011.
Alumnos del taller de Movimiento Creativo |
Por 5 días, en la Casa de la Cultura de Angamacutiro se impartieron estos dos talleres. Al taller de Baile de Salón, asistieron en su mayoría adolescentes que recibieron lecciones de rumba, merengue, chá chá chá, salsa y tango.
Alumnos del taller de Baile de Salón |
Rafael Covarrubias, compañero actor, tomando el taller |
El taller de Iniciación Artística va dirigido a los niños. El objetivo es sembrar en los niños el gusto por el arte. Llevarlos a descubrir las infinitas posibilidades de expresión que tienen mediante la música, la pintura, el maquillaje y el movimiento. Estimular en los niños la creatividad, la confianza en sí mismos y la relación con los otros y con el entorno.
Masaje en el taller de Movimiento Creativo |
Los niños escribieron en unas cartas que entregaron a Nancy sobre lo que les gustaba del taller:
“… en estos cinco días me divertí mucho jugando y trabajando en equipo.”
Emmanuel
“… lo que me gustó fue que convivimos, la primera clase todos nos sentíamos muy raros y ahora ya todos somos amigos… y me gustaría que se repitiera…”
Karla
“… lo que más me gustó fue pintar lo que la música nos decía con sus sonidos…”
Stephany
“… creo que todo estuvo muy bien porque aprendimos a jugar con nuestro cuerpo… quisiera tener otro taller…”
Luis
“… me gustó cuando hicimos las estatuas y tocamos los tambores imaginarios y el masaje me gustó porque me dio cosquillas en la espalda…”
Diana
Nancy nos cuenta que la respuesta de los niños al taller fue muy satisfactoria, no hubo inasistencias, participaron con mucha disposición en todas las actividades y se mostraron gustosos de haberlo recibido. Dejar en ellos la inquietud de continuar con el taller le hace saber que el objetivo de sembrar el gusto por la expresión artística se cumplió en Angamacutiro.
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