"El Rocinante" viaja llevando teatro a los pueblos del estado de Michoacán.
Te invitamos a conocer nuestra experiencia y trabajo teatral con las comunidades.
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Cuentan por ái los romances

de un corcel metalizado
que en los pueblos anda en lances
¡y quesque se arma en tinglado!

Las gentes, con tal asombro
ante rocín tan gitano,
como a su primo troyano
se vuelcan hombro con hombro,
y se hallan dentro´el corcel
en tan magnífico teatro
que dicen que es “por encanto”
no quererse salir dél.

Rocinante, fiel amigo:
De albergar artes no te hartes.
Lleva el Teatro a todas partes,
a quienes no lo han tenido.
Y que las gentes te vean
con tus tramoyas y ruido
al aire como banderas
¡cumpliendo tu cometido! *

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viernes, 17 de septiembre de 2010

Un poco de los procesos de montaje... EL YEITOTOL

Tras una ardua búsqueda de textos teatrales para niños, nos encontramos con El Yeitotol,  texto de Verónica Maldonado, a quien le encantó la idea de que Yeitotol viajara por Michoacán en esta nueva gira del Rocinante. 

Mauricio Pimentel, quien dirige esta puesta en escena, planteó la construcción del montaje desde el lenguaje de la máscara y asimismo el de los personajes. 

Don Eladio. Ensayos
Fundamentalmente, los personajes se crearon mediante dinámicas de improvisación, cimiento importantísimo para el proceso, y se fueron afinando a través de lecturas de exploración y análisis del texto. 

Don Eladio. Función
Tras este trabajo, el montaje concreto de la obra sobre la escena se fue dando de manera natural y fluida, ya que la máscara del personaje estaba viva.
Los tres fuereños que viven esta aventura (el Búho, el Águila y el Ruiseñor) fueron trabajados desde la gestual.  

Ruiseñor, Águila y Búho. Ensayos
Búho, Ruiseñor y Águila. Función.

Los personajes que conforman el pueblo de “Quecholatlan” partieron de la misma exploración.

Habitantes de Quecholatlán. Ensayos
sin embargo nos planteaban varias dificultades, entre ellas la de crear todo un pueblo con solo 2 actrices, y así nos embarcamos en la búsqueda de la convención adecuada para lograrlo, ¿títeres?, ¿sombras?, ¿máscaras?. 

Habitantes de Quecholatlán. Función.

Con eso en mente, fuimos a Tocuaro, Michoacán, un pueblo donde la artesanía local es la construcción de máscaras. Ahí pudimos ver que estos artistas logran plasmar en delicadas y finas tallas de madera animales, demonios y rostros maravillosos. Esto fue lo que nos sedujo y convenció de que tenían que ser estas máscaras desde donde hablaran los personajes del pueblo de “Quecholatlan”,  y formaran parte de esta historia: El Yeitotol.
 

Máscaras de Tocuaro



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