Público a punto de ver Juanete y Picadillo. |
A 3 horas de Morelia rumbo al oriente se encuentra Benito Juárez, un lugar templado donde se cultiva la guayaba. Ahí llegamos el pasado 5 de Septiembre para armar el Rocinante en la Plaza Principal.
La población siempre atenta, sobre todo los niños, estuvieron acompañándonos durante las funciones, montajes y desmontajes.
Juanete y Picadillo |
El municipio pidió dos presentaciones de Juanete y Picadillo ahí junto al Rocinante en el teatro Rucio ya que se esperaba a muchas personas. Y los pequeños, atentos a cada detalle, corrían con nosotros al terminar cada función para darnos
santo seña de lo que más les había gustado.
Se mostraban curiosos y asombrados al ver que los mismos actores estaban en dos obras y que cada función era distinta aunque estuvieran viendo la misma obra. Estaban descubriendo el teatro: “esta escena me gustó más hoy” o “ ayer lo que hicieron con la manzana fue más corto”. Don Eladio los sorprende mucho, no pueden creer que nuestra compañera Quy Lan se convierta en ese viejito narrador. No solo asisten al teatro y lo disfrutan, sino que poco a poco sus mecanismos se les van develando.
También llegamos a Timbuscatío, a 20 min de Benito Juárez, con el Teatro Rucio. En una función a la que asistieron 600 personas. Poco a poco fueron llegando, cada uno con su silla, unos buscando un buen sitio, otros un poco más lejos buscando cierta distancia hasta no saber de qué iba la cosa, y algunos más desde sus techos; así se fueron llenando el lugar expectantes, atentos y finalmente divertidos, compartiendo ese momento con nostros.
Público en la función de Timbuscatío |
Esta es una muestra de lo fácil que es armar al nuevo compañero del Rocinante: El Rucio.
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