Estuvimos en Purépero, la penúltima plaza a visitar antes que termine este año 2010.
Ya sólo nos queda Zamora (desde donde escribo actualmente) y el año habrá terminado, se habrá ido volando entre teatro, comunidades, público entrañable…
Formados para ver El Yeitotol |
El trabajo sigue y el compromiso también, en estos tiempos tan difíciles y violentos qué mejor que el teatro para hablarnos de nosotros mismos, para divertirnos, para ilusionarnos.
Tomaremos un descanso para recuperar energía y fuerzas, pero el corazón ya tiene puesto el ojo en el año siguiente, en las plazas que están por venir.
Tomaremos un descanso para recuperar energía y fuerzas, pero el corazón ya tiene puesto el ojo en el año siguiente, en las plazas que están por venir.
Los niños antes del Yeitotol |
El trabajo no termina, dar funciones todos los días es una labor ardua pero infinitamente redituable en todos los sentidos.
Los actores que hemos participado en este proyecto sabemos que una experiencia así es única, que hay que reinventarse todos los días, trabajar todos los días, dejar que las obras sigan su curso y crecer con ellas y ellas con nosotros. Pensar todo lo pensable y después re pensarlo, regresar al origen propio, ser más, ser el personaje cada vez, todas las veces, constantemente en el alma, la mente y el corazón. Los actores antes del Yeitotol |
Tomando fuerzas de la flaqueza, de las caritas de sorpresa de los niños, de las risas de la gente, de la mirada viajera de los espectadores, de la calidez de las comunidades y su entrega.
¡Gracias! |
El proyecto Teatro Rocinante sigue ¡Larga vida al Teatro! ¡Larga vida a Teatro Rocinante y Teatro Rucio!
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